Hola, soy Cris C. mamá de cuatro hijos, de los cuales solo la mayor, Victoria, de 8 años, tiene alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) y a los frutos secos. Este camino ha sido muy duro y desgastante, especialmente al principio, porque no daban con su diagnóstico. Hace 8 años no había tanta información , y cada vez que se ponía mal, sentía que no podía más. Se llenaba de ronchas, no podía respirar, se hinchaba, tosía mucho… Era correr al hospital por broncodilatadores. ¡Una pesadilla! Con los años, aprendimos a manejar las trazas, leer etiquetas, lavarnos las manos antes de tocarla, lavar sus utensilios aparte, y hasta evitar besarla sin limpiarnos los labios. Ha sido desgarrador verla no poder disfrutar de antojos como cualquier niño, buscar recetas para que tenga lo que le gusta, y sentir que se te parte el corazón cuando ve a los demás niños, incluso a sus hermanos, comer cosas que ella no puede. Pero Victoria tiene una fuerza y un carácter increíbles. Desde pequeña ha
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