Las redes sociales tienen su lado bueno... pero también su lado malo.

Y hoy vengo a compartir una experiencia que me ha tocado, de esas que aún me superan, aunque lleve años en esto.⁣

Ver que alguien copia una publicación tuya palabra por palabra y ni siquiera menciona tu trabajo ya es bastante frustrante. Pero encima, cuando decides escribirle, te responde a la defensiva y, por si fuera poco, ¡amenazando! Sí, diciéndome que se va a encargar de que pierda clientas, como si eso fuera lo que me merezco por señalar que ha copiado mi publicación...⁣

👩‍💻 Lo que me cuesta entender es cómo puede ser tan fácil abrir Instagram, deslizar el dedo, y copiar algo que a mí me costó horas crear. Porque no es solo el texto: es pensar, escribir, editar, ponerle cariño... Todo eso detrás de una publicación que comparto desde el corazón para mi comunidad y justamente esa publicación, que eran palabras escritas con todo mi amor para Adrián.

¿Es mucho pedir una mención? No lo hago para llamar la atención ni nada por el estilo. Pero el reconocimiento a veces es importante, sobre todo cuando lo que hago me lleva tanto esfuerzo. Y claro, me toca aguantar y no perder la compostura. ¿verdad? Pero que me amenacen ya es otro nivel.⁣

No es la primera vez que pasa, ni será la última. Las redes tienen esta parte que, sinceramente, me pesa. Y sí, sé que debo aprender a que no me afecte tanto, pero cuando tocan tu trabajo, por el que te dejas la piel, y encima te sueltan que "gracias a las alergias de tu hijo tienes una tienda y un libro" (como si estuviera forrada con eso 😂)... ya es mucho. ⁣

Sé que la próxima vez tendré que callarme, pero duele ver cómo se aprovechan del esfuerzo de los demás. Ojalá estuviera más controlado, pero así son las redes. Esta semana me tocó la mala. 😔


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